Madrid, asignatura aprobada

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En esta vida se pueden tener asignaturas pendientes de muchos tipos: objetivos incumplidos, sueños irrealizados, promesas por cumplir, metas inalcanzadas... y lugares por visitar que, por desconocidas razones o motivos, nunca nos decidimos a pisar.

Madrid era una de mis asignaturas pendientes.
Y he dicho “era”…

Ninguno de los que me rodean puede entender porqué habiendo recorrido más de un tercio de la península en solitario, atravesando montañas por caminos de carro y visitando aldeas y lugares que no existen ni en los mapas, hasta ahora jamás me había decidido a visitar Madrid capital cuando, además de representar una estupenda golosina para mis debilidades, he tenido que circundarla en diferentes y repetidas ocasiones.

Pero yo sí me entiendo, y no son para nada perjuicios políticos ni mucho menos.
No.
A pesar de que a la pasión la visten de rojo, y el rojo es mi color favorito, la mía, mi pasión, no entiende de colores más que para lo que son capaces de despertar en mí, transmitirme y hacerme sentir.

Debo reconocer que aun habiendo nacido y vivido 21 años en Barcelona, me daba “miedo” o más bien “respeto”, enfrentarme en solitario a una metrópolis como Madrid.

¿Por qué? Pues no sé.

Quizá porque estoy acostumbrada a moverme por el mundo en mi coche o a viajar en avión para después alquilar un vehículo con el que perderme por el lugar y… A Madrid tenía claro que no debía ir en coche, y menos para moverme por la ciudad.
Se me hacía un mundo el traslado del aeropuerto a la pensión, hostal o lo que fuese y viceversa, moverme por la city, dejarme engullir por el caos…

En fin, resumiendo, que sólo pensarlo me daba casi pánico.

Pero por suerte en esta vida se tienen amigos para lo malo y también para lo bueno, y gracias a un buen amigo que me tendió una mano y se propuso demostrarme que Madrid es una ciudad “fácil” a la que, una vez “iniciada”, volvería a menudo, hace un par de semanas pude “vencer al monstruo”.

Y sí, tenía razón mi amigo: volveré, y no tardaré mucho, y si tardo no será por falta de ganas sino por escasez de vuelos baratos.
Un fin de semana no da para mucho y hay tanto que ver!

Y tanto de qué sorprenderse, incluso en materia de precios:

Billete Metro/Bus urbano: 1,00€
Billete de metro del centro al aeropuerto: 2,00€
Menú del día en la Plaza mayor: 7,80€
Cerveza nocturna en un bar de copas de Chueca: 3,00€
Habitación doble con baño, tv y wifi en plena Plaza de la Puerta del Sol: 50,00€

No es sencillo poder resumir tanto en una sola palabra pero, de tenerlo que hacer, la única que se me ocurre es “Preciosa”.

Quizá añores el mar pero… no tenerlo es tu salvación.



I'll see you!