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Hace unas semanas, el 31 de marzo, se cumplieron 14 años de la muerte de Brandon Lee, víctima de una bala disparada por una Magnum del calibre 44 durante el rodaje de “The Crow” ("El Cuervo"), la película por la que más se le recordará.
A sus 28 años y a 17 días de su boda con Eliza Hutton, el hijo del también fallecido en extrañas circunstancias a los 32 años, Bruce Lee, se nos fue, dejándonos un fuerte sabor amargo en el paladar.
Como tributo a Brandon, se decidió terminar la película un año después de su muerte. Eso fue posible gracias a la informática y las técnicas de digitalización.
Brandon era un ser muy querido. Quienes tuvieron oportunidad de conocerle y colaborar con él, alabaron siempre su carisma, afabilidad y exquisito trato, herencia según dicen, de Linda Emery, su madre, quien siempre se opuso a su carrera como actor.
Aficionado al motociclismo y a las artes marciales, se le presagiaba un brillante futuro que le fue vetado, de cuajo y sin escrúpulos, por una bala que debía ser de fogueo, y que pulverizó su vida, y los sueños y las ilusiones propias y de quienes apostaban por él.
Si Brandon siguiera entre nosotros, hoy tendría 42 años, los mismos que yo.
Muchos árboles han tenido que morir para producir el papel en el que recoger los ríos de tinta que acerca de su muerte se han vertido, pero la pregunta sigue siendo siempre la misma: ¿Qué cojones hacía esa bala ahí?, ¿Por qué?
En “The Crow”, Brandon daba vida a Eric Draven, un joven guitarrista asesinado por unos criminales junto con su novia, Shelley Webster, durante La Noche del Diablo, la noche anterior a Halloween.
A sus 28 años y a 17 días de su boda con Eliza Hutton, el hijo del también fallecido en extrañas circunstancias a los 32 años, Bruce Lee, se nos fue, dejándonos un fuerte sabor amargo en el paladar.
Como tributo a Brandon, se decidió terminar la película un año después de su muerte. Eso fue posible gracias a la informática y las técnicas de digitalización.
Brandon era un ser muy querido. Quienes tuvieron oportunidad de conocerle y colaborar con él, alabaron siempre su carisma, afabilidad y exquisito trato, herencia según dicen, de Linda Emery, su madre, quien siempre se opuso a su carrera como actor.
Aficionado al motociclismo y a las artes marciales, se le presagiaba un brillante futuro que le fue vetado, de cuajo y sin escrúpulos, por una bala que debía ser de fogueo, y que pulverizó su vida, y los sueños y las ilusiones propias y de quienes apostaban por él.
Si Brandon siguiera entre nosotros, hoy tendría 42 años, los mismos que yo.
Muchos árboles han tenido que morir para producir el papel en el que recoger los ríos de tinta que acerca de su muerte se han vertido, pero la pregunta sigue siendo siempre la misma: ¿Qué cojones hacía esa bala ahí?, ¿Por qué?
En “The Crow”, Brandon daba vida a Eric Draven, un joven guitarrista asesinado por unos criminales junto con su novia, Shelley Webster, durante La Noche del Diablo, la noche anterior a Halloween.
“Según la leyenda, antiguamente la gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se lleva su alma a la tierra de los muertos. Pero a veces, sucede algo tan horrible que junto con el alma, el cuervo se lleva su propia tristeza y el alma no puede descansar. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal”.
Transcurrido un año del suceso, el alma de Eric regresa del mundo de los muertos para vengar su asesinato y el de su amada Shelley.
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"The Crow” está basada en un cómic gótico en blanco y negro creado por el dibujante y guionista norteamericano James O'Barr en 1981, mientras residía en Berlín, ciudad a la que escapó tras el fallecimiento de su novia en un accidente de circulación ocasionado por un conductor borracho.
A la película se la ha catalogado como film de acción, de violencia, de ciencia ficción…
Para mí “The Crow” siempre será, en esencia, una historia de amor inmenso y verdadero, sin barreras, ni siquiera la propia muerte.
Se han hecho más partes, pero ninguna como la primera.
Brandon siempre será el único y genuino “The Crow”.
Brandon reposa junto a su padre en el cementerio Lake View de Capitol Hill, Seattle, Washington. Es una pena que la leyenda del cuervo sea sólo eso: una leyenda, y que ninguno de los dos haya podido regresar.
Hay un tema muy especial para mí en la banda sonora de esta película: “It can’t rain all the time” (“No puede llover eternamente”), interpretada por Jane Siberry. Siempre que mis oídos la escuchan, a mi corazón se le escapa una lágrima.
IT CAN'T RAIN ALL THE TIME
[Spoken:]
We walked the narrow path,
beneath the smoking skies.
Sometimes you can barely tell the difference
between darkness and light.
Do you have faith in what we believe?
The truest test is when we cannot,
when we cannot see.
[Sung:]
I hear pounding feet in the,
in the streets below, and the,
and the women crying and the,
and the children know that there,
that there's something wrong,
and it's hard to belive that love will prevail.
Oh it won't rain all the time.
The sky won't fall forever.
And though the night seems long,
your tears won't fall forever.
Oh, when I'm lonely,
I lie awake at night
and I wish you were here.
I miss you.
Can you tell me
is there something more to belive in?
Or is this all there is?
In the pounding feet, in the,
In the streets below, and the,
And the window breaks and,
And a woman falls, there's,
There's something wrong, it's,
It's so hard to belive that love will prevail.
Oh it won't rain all the time.
The sky won't fall forever.
And though the night seems long,
your tears won't fall, your tears won't fall, your tears won't fall
forever.
Last night I had a dream.
You came into my room,
you took me into your arms.
Whispering and kissing me,
and telling me to still belive.
But then the emptiness of a burning sea against which we see
our darkest of sadness.
Until I felt safe and warm.
I fell asleep in your arms.
When I awoke I cried again for you were gone.
Oh, can you hear me?
It won't rain all the time.
The sky won't fall forever.
And though the night seems long,
your tears won't fall forever.
It won't rain all the time
The sky won't fall forever.
And though the night seems long,
your tears won't fall, your tears won't fall, your tears won't fall
forever.
I see you!
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