"Omaira Sánchez era una niña colombiana de 13 años, de tez morena, cabello ondulado y rostro angelical”
Hace pocos días se cumplían 22 años de la tragedia del volcán colombiano Nevado del Ruíz.
Corría el 13 de noviembre de 1985, yo recién había cumplido mis 21 años y el recuerdo sigue vivo (y seguirá) en mi mente.
Aproximadamente a las 11:30 pm, una avalancha del río Lagunilla, ocasionada por la erupción del cráter Arenas, del volcán Nevado del Ruíz, borró del mapa a la población de Armero, dejando un saldo aproximado de unos 25.000 muertos y 20.611 heridos y damnificados.
Omaira nació en Armero el 28 de agosto de 1972 y falleció en el mismo pueblo el 16 de noviembre de 1985 victima de las fuerzas de la naturaleza y de la negligencia del gobierno colombiano.
Según afirmaron los entendidos, la tragedia pudo haberse evitado.
Desde octubre de 1984 se había advertido de una posible erupción del volcán.
En diciembre de 1984 se divisaron fumarolas, clara evidencia de lo que se gestaba.
Fue una tragedia anunciada, que sirvió para que la toma del Palacio de Justicia, ocurrida la semana anterior, pasara a un segundo plano en las noticias.
Omaira fue arrastrada por la avalancha junto a su hermano menor, su padre, su tía y la hija de ésta de sólo 45 días. Durante el tiempo que Omaira permaneció atrapada siempre estuvo “encima” de los cuerpos sin vida de sus familiares.
Su madre, se encontraba en Bogotá en un viaje de negocios.
Su drama fue descubierto por el socorrista de la Cruz Roja, Jairo Enrique Guativonza, en la tarde del jueves 14 de noviembre, casi 20 horas después de que Armero fuera sepultada.
Cuando los socorristas intentaron ayudarla, comprobaron que era imposible el rescate puesto que para sacarla necesitaban amputarle las piernas y carecían de medios.
Omaira fue arrastrada por la avalancha junto a su hermano menor, su padre, su tía y la hija de ésta de sólo 45 días. Durante el tiempo que Omaira permaneció atrapada siempre estuvo “encima” de los cuerpos sin vida de sus familiares.
Su madre, se encontraba en Bogotá en un viaje de negocios.
Su drama fue descubierto por el socorrista de la Cruz Roja, Jairo Enrique Guativonza, en la tarde del jueves 14 de noviembre, casi 20 horas después de que Armero fuera sepultada.
Cuando los socorristas intentaron ayudarla, comprobaron que era imposible el rescate puesto que para sacarla necesitaban amputarle las piernas y carecían de medios.
Otra opción hubiera sido una moto-bomba que succionará el cada vez mayor fango en el que estaba sumergida pero, la única disponible se encontraba a demasiados kilómetros, por lo que sólo pudieron acompañarla hasta el momento de la muerte.
Televisión Española pudo transmitir en vivo lo que sucedía con la niña, la cual permaneció durante 60 horas atrapada.
Como pudimos ver y escuchar en las impresionantes, dramáticas y emotivas imágenes, y según contaron los socorristas y periodistas que la rodearon, Omaira se mostró fuerte hasta el último momento de su vida.
Durante los tres días en que tardó en sobrevenirle la muerte por gangrena gaseosa estuvo pensando solamente en volver al colegio y en sus exámenes.
García Márquez se mostró muy duro en sus declaraciones, apuntando que para que los españoles vieran el drama hacían falta cámaras, microondas, un satélite, y miles de pequeñas piezas de ingeniería que transmitieran las imágenes desde Armero, un punto perdido en la geografía colombiana, hasta los telerreceptores al otro lado del Atlántico.
Según él no hubo voluntad.
Televisión Española pudo transmitir en vivo lo que sucedía con la niña, la cual permaneció durante 60 horas atrapada.
Como pudimos ver y escuchar en las impresionantes, dramáticas y emotivas imágenes, y según contaron los socorristas y periodistas que la rodearon, Omaira se mostró fuerte hasta el último momento de su vida.
Durante los tres días en que tardó en sobrevenirle la muerte por gangrena gaseosa estuvo pensando solamente en volver al colegio y en sus exámenes.
García Márquez se mostró muy duro en sus declaraciones, apuntando que para que los españoles vieran el drama hacían falta cámaras, microondas, un satélite, y miles de pequeñas piezas de ingeniería que transmitieran las imágenes desde Armero, un punto perdido en la geografía colombiana, hasta los telerreceptores al otro lado del Atlántico.
Según él no hubo voluntad.
¿No hubo voluntad?
¡Por Dios Sr. García Márquez!
¿Cómo pudo Ud. mear fuera de tiesto diciendo semejante imbecilidad?
Seguro que los socorristas que la acompañaron durante todo el tiempo sí tuvieron toda la voluntad y también secuelas psicológicas a posteriori, dicho sea de paso.
El Nevado del Ruiz había avisado durante meses de lo que iba a ocurrir y el gobierno colombiano de entonces no hizo nada, ni siquiera lo hizo público para que otros tuviesen la oportunidad de, tal vez, tomar cartas en el asunto.
El Nevado del Ruiz había avisado durante meses de lo que iba a ocurrir y el gobierno colombiano de entonces no hizo nada, ni siquiera lo hizo público para que otros tuviesen la oportunidad de, tal vez, tomar cartas en el asunto.
A quienes advertían de la tragedia que se avecinaba, se les llamó alarmistas...
¿Por qué no atacó Ud. con la mísma ligereza y falta de tacto al gobierno colombiano o al gobierno de paises mucho más ricos y mucho más cercanos, con medios suficientes como para desplazar a una unidad de profesionales debidamente equipados?
El fotógrafo Frank Fournier, hizo la foto de Omaira que encabeza esta entrada.
La imagen dio la vuelta al mundo y originó una controversia acerca de la indiferencia del Gobierno Colombiano respecto a las víctimas.
La fotografía se publicó meses después de que la niña falleciera.
Nevado del Ruíz (1985)
Omaira, donde quiera que estés,
jamás te olvidaré.
Descansa en paz pequeño ángel...
Un minuto para recordar o para "descubrir"
TVE1
Discovery Channel / National Geographic Channel
1 comentari:
Enhorabuena por tu entrada...
Es bueno que se sigan recordando desgracias de esta magnitud que se podria haber evitad, que no caigan en el olvido como esta cayendo el tsunami en Asia!
Un saludo.
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